Me voy. Me estoy yendo. Hace ya meses
que estoy un poco más lejos. Paso a paso. Calada a calada. Me alejo un poco más. Nunca
es suficiente. Sigues aquí. Dentro. Hondo. Eterno. Nunca podré borrarte. Sigues
intacto. Lo ocupas todo. Me eclipsas. Me sigues eclipsando. No llega el día. No
te olvido. Hace ya mucho que tú y yo dejamos de ser tú y yo, para pasar a ser
aquellos, aquellos que una vez se amaron, y que ahora no se pueden ni ver, pero
no del odio ni de la rabia, sino de la cantidad de amor sin expresar que llevan
aún en el alma. No notas que me he ido. No quieres notarlo. Te gusta engañarte.
Engañarte pensando que lo hiciste bien, que volveré. Sin que tú te muevas, sin
que tu reacciones. Pero pasará el tiempo, y te darás cuenta. Sabrás que me
querías, que me quieres, que me querrás. Correrás. Me buscarás. Pero puede que
yo ya no esté. Recuerdalo. Me voy. Me estoy yendo.
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