miércoles, 27 de marzo de 2013

En estos momentos me encuentro sola, sin nadie que me entienda. Y estoy callada, tranquila, fría. Y la verdad es que no me reconozco, porque esto me pasó pero hace ya mucho tiempo cuando me prometí a mi misma no dar el placer de mi destrucción a alguien. Y sigo haciéndolo.  Yo, por desgracia, no soy como tú. Y, de verdad, espero que de este error aprendas y no vuelvas a caer, pero creo que yo no seré lo suficientemente inteligente o, mejor dicho, fuerte para poder aguantar tal peso. Siempre me ha venido más grande el corazón que la razón, los sentimientos a los principios, las debilidades a los remordimientos, los te quiero a los te odio, el amor al odio. Y es algo que no puedo cambiar, ni quiero ser de otra manera. Soy Xènia, Xènia de raices, y pese a todo, seré yo misma, aunque tenga que caer al más bajo fondo. Porque también podré darme el impulso más fuerte que nunca me he dado al tocar los pies en el suelo y subir como la espuma. 


Escuchad a este chico, de verdad. Me comprenderéis.

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