jueves, 20 de diciembre de 2012


Renuncio a un final triste. Renuncio a un final feliz sin comer perdiz para siempre. Exacto... ¡Quiero un para siempre! Renuncio a las falsas amistades. Renuncio a la gente común, a la gente normal. Renuncio a toda forma de vida aburrida. Renuncio a ser yo la que de el primer paso. Renuncio al dolor, renuncio a todo lo relacionado con él. Me he cansado, ¡¡Quiero más!! 
Renuncio a no sentir el viento en la cara, a no sentirme libre. Renuncio a quien está para cuando quiere estar. Que si no estás en mis peores momentos, ¡¡¡Conmigo ya lo tienes todo perdido!!! Que yo quiero personas buenas, renuncio a las malas. Renuncio a estar más de dos días sin hablarte y renuncio a no verte cada tres como máximo. Renuncio a no tener unos buenos días en la cama. Renuncio a los "Buenos días princesa!". Renuncio a los príncipes azules, yo los quiero verdes como las ranas. Renuncio a tirar la toalla hasta no conseguirte. Renuncio a todo lo malo y, en parte, lo bueno. Renuncio a todo aquello que no me gusta de ti, y acepto todas tus debilidades. Me encantan, ¡¡yo tengo muchas!! La música. ¿Que mejor manera de describir un sentimiento, un momento? El lápiz y la goma.  ¿Que mejor manera de escribir un futuro y borrar un pasado? La cama. ¿Que mejor forma de imaginar lo que tenemos sin tenerlo? Vamos... ¡¡¡¡Vamos!!!! Como dijo aquél genio esta vida es un sueño y, sin duda, yo quiero soñar.




"Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil."

No hay comentarios:

Publicar un comentario